La Ilustración formuló una idea de la naturaleza humana que fue enriquecida por Rousseau con la mirada abierta a todas las diferencias entre los humanos. Desde ahí postulaba una relación de algún modo estética con los demás, por la vía del sentimiento y la piedad. Este giro queda simbolizado en la figura del "buen salvaje". Ahí se encuentra el nacimiento de la teoría antropológica.